sábado, 23 de julio de 2011

Alguien tiene que hacerlo...



Pobres de los traficantes de almas
llámense católicos pederastas,
cristianos empresarios,
musulmanes terroristas,
judíos usureros
o budistas charlatanes,
les a tocado la impúdica pero peligrosa
tareas de profanar
la fe de fervientes feligreses
por servir más a amos terrenales.

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