En un segundo
con un despliegue de nubes
el cielo lo atraviesan poderosos rayos de luz,
tan calientes como los amantes en celo.
Con un instante ruborizan la tez blanca,
volviéndola rojiza y posteriormente morena,
se siente su ira,
deja ver su coraje.
Mas en un santiamén el cielo esta sereno,
el entorno tranquilo y la atmósfera gris, se siente tristeza,
aflicción, amargura, pesadumbre, desamparo y
todo aquel sinónimo de la misma.
Y así de brusco es el cambio,
variación cada dos minutos,
con constantes eventualidades
molestas y contagiosas.
Mas te esperare cercas del sol
para que mi cuerpo permanezca caliente,
aunque el corazón,
este frió.
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