Los finales tristes:
Finales felices:
El bien supremo constituye, de alguna manera, un final perfecto, por lo que es evidente que todos los finales no son perfectos.
Son cuando terminas una relación, o terminas un postre, una buena amistad, el fin del mundo, incluso después de las relaciones sexuales, cuando notas que el condón se rompió.
Finales felices:
Son los que nunca van a pasar.
El bien supremo constituye, de alguna manera, un final perfecto, por lo que es evidente que todos los finales no son perfectos.
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